top of page

¿Es la economía un juego de suma cero?

Autor: Axel Isaac Rijo Santana

Desde los postulados Marxistas hasta tomando ciertas premisas Malthusianas, los economistas y demás científicos sociales continuamente han presentado una alta preocupación con respecto al tema de los recursos, bienes y tópicos económicos referidos a la riqueza. Muchas veces se ha creído que la riqueza ya está dada, como si fuera una especie de tarta que ya está repartida y que aquellos que tienen más se debe a que hay quienes necesariamente tienen menor, de ahí el hecho de pensar que la economía es un juego de suma cero, donde la ganancia o pérdida de un participante se equilibra con exactitud con las pérdidas o ganancias de otros participantes.

​

Lo cierto es que, desde ya hace bastante tiempo, uno de los padres fundadores de la Escuela Austriaca de Economía, Carl Menger, postuló que para que “algo” sea considerado algún tipo de bien económico deberían existir varios aspectos, los cuales son:

​

  • Debe existir una necesidad Humana.

  • Ese “algo” de ser capaz de satisfacer la necesidad.

  • La persona debe saber lo imprescindible que es ese “algo” para satisfacer su necesidad.

  • La persona tiene que tener la capacidad de disponer de ese “algo”

 

Sobre estos aspectos es razonable analizar por qué la economía no es ni tiende a ser un juego de suma cero en el que ya toda la riqueza esta otorgada de antemano.

​

Lo primero que debemos de razonar y observar es que las grandes cantidades de cosas existentes en el mundo, partiendo de su estado natural, no son factibles para poder satisfacer nuestras necesidades de inmediato. Es posible que toda la materia este dada, empero, esta no ha venido de factor para poder satisfacer las necesidades que se demanden en el momento preciso. Las materias primas deben transformarse en productos para poder ser consumidos y satisfacer las necesidades; el hierro se funde para hacer los autos que nos llevan de un lugar a otro, la tierra debe ser cultivada y tratada para dar los alimentos necesarios para la subsistencia, el agua debe ser procesada para que pueda llegar a nuestras manos y darle el uso deseado. En síntesis, creamos riqueza cuando las cosas que satisfacen nuestras necesidades, partiendo de su estado natural, la transformamos en cosas que si lo hacen.

​

Lo segundo es que el capital humano existente en las personas no está dado. No es un producto que deja de existir al momento de consumirse. Un símil representativo es el hecho de que un profesor, al momento de brindarles conocimientos a sus alumnos, no deja de tener esos conocimientos por el mero hecho de transmitírselo a sus estudiantes, sino más bien que lo multiplica, ya que el profesor interioriza más aun sus conocimientos y los estudiantes saben algo que anteriormente no sabían. Visto esto se puede decir que el conocimiento es un tipo de juego de suma positiva (todos ganan) al momento de transmitirlo. El Know How existente y latente entre todas las capacidades y talentos de los seres humanos es inagotable, y solo se acaba al momento de su muerte. Es menester decir que, la creatividad y otros aspectos característicos del ser humano hacen que este convierta su entorno en un medio altamente manipulable para su comodidad, siempre adaptándolo a las disposiciones existentes.

​

Lo tercero, muy relacionado con lo segundo, es que los seres humanos no conocemos, ni mucho menos, las amplias y diversas combinaciones y usos posible de las cosas en su estado natural. Las tecnologías, que se representa por ser el maravilloso arte de utilizar la materia para que esta brinde los resultados deseados, tampoco está dada de factor, por lo que la misma debe ser descubierta a través de las investigaciones y las experimentaciones; ambas actividades que a su vez necesitan del uso de otros bienes económicos. De manera fácil se concluye que los seres humanos no somos seres sabelotodo, sino que hemos ido paso a paso creando bienes económicos con el entorno que nos rodea y además vamos descubriendo la información necesaria acerca de cómo debemos transformar las cosas en otros bienes económicos que nos hagan la vida más fácil. Esta información generada del proceso de investigación y experimentación representa por sí mismo un nuevo tipo de riqueza creada.

Y ya como último aspecto, hay que decir que por muy indispensable que sea un bien que pueda satisfacer las necesidades más apremiantes, nos será inútil si de lo contrario no lo tenemos a nuestra disposición. El mundo pudo haber sido lo bastante bueno para darnos amplios recursos que, si no disponemos de ellos, no nos brindara ningún servicio a aquel que lo necesite, incluso con carácter de urgencia. De lo que se desprende el hecho de que es menester también distribuirlos a los usuarios que lo necesitan. Por tanto, en el mismo aspecto de hacer que el consumidor tenga a su disposición, lo más rápido, eficaz y elegantemente posible los bienes o servicios económicos, se crea riqueza.

​

Un argumento que puede salir a relucir, y que podría dejar en velo a todo lo planteado hasta este momento es lo planteado por Aristóteles cuando formulo su teoría sobre el valor: que los intercambios se producen entre igualdad de valor. Si yo cambio algo es porque del otro algo que recibo posee igual o similar valor que lo que doy. El problema que surge aquí, y que es contrastado maravillosamente por Menger es que Aristóteles no tiene en cuenta que lo que les da valor a las cosas es la utilidad que pueda brindarle a la persona que la necesita. Es decir, que el valor de las cosas no es objetivo, sino más bien subjetivo, lo cual hace que en todo intercambio cada una de las partes valore más aquello que la otra parte posee, cosa que, en el caso contrario, no tendría sentido realizar una transacción cuando se valora más lo que se tiene que lo que se obtendrá del intercambio. Consecuentemente, por el simple hecho de realizar este intercambio los individuos generan riqueza por la razón de que, al acercar esos medios de intercambio entre ellos, generan la satisfacción de aquellas necesidades que les resultan más valiosos.

​

Luego de lo expuesto anteriormente se puede llegar a la conclusión de que la economía no es necesariamente un juego de suma cero, por el hecho de que ligado al proceso mismo de producción de los diferentes bienes y/o servicios, continuamente se va generando riqueza. Por tanto, la tarta no está repartida, sino que se va ampliando y expandiendo continuamente, convirtiendo a la economía en un juego de suma positiva, y haciendo que más personas puedan beneficiarse de ella.

Si lo deseas, puedes descargar el articulo en PDF presionando el enlace siguiente:

Copyright © 2018 by Nash Uasd / Todos los derechos reservados

Plancha Nash

bottom of page